Desde aquí quiero comentar mi experiencia personal en Dubai, era la primera vez que visitaba una ciudad árabe-islámica, y me intrigaba un poco esto, pero los comentarios acerca de Dubai eran excepcionales, cero violencia y buen trato al turista, y poco a poco fui viendo que todo era así, pues aunque me considero más viajero que turista, siempre me gusta visitar algún barrio no tan seguro y moverme con libertad, y es cierto que en todos los sitios donde estuve me trataron de maravilla. Dubai es una ciudad increíble, todo rebosa exageración, exquisitez, limpieza, orden y orgullo. Desde su símbolo el Burg Kalifa, el edificio más alto del mundo, el Burj Al Arab el único hotel de siete estrellas del mundo en el cual por ser huésped te pueden recoger en Roll Roice o en helicóptero para trasladarte al hotel, Dubai Marina zona de lujo en yates y rascacielos exuberantes, sus palmeras Deira y Jumeirah y las islas The World, todas zonas ganadas al mar, sus tradicionales zocos de las especies y del oro, sus playas entre ellas las de pago y las privadas, los centros comerciales para el que le gusten las compras pueden encontrar lo que quieran, el Sky Dubai una pista de nieve para esquiar en un país donde siempre es verano, muy cerca en Abu Dhabi, Ferrari World, un parque temático con la montaña rusa más rápida del mundo, se alcanzan los 240 km/h en cinco segundos, y para mi lo mejor, el desierto, visita imprescindible sobre todo al atardecer, bonito de verdad. Son muchas las buenas sensaciones que me ha dejado Dubai, sus gentes, ese olor a incienso, y para mi no es una ciudad cara, cierto es que tienes de todo, pero si el presupuesto es ajustado igualmente puedes disfrutar.
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